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Libro: Wabi Sabi

WABI SABI 

Aprender a aceptar la imperfección 

Tomás Navarro

 Wabi Sabi es una tendencia estética japonesa que ha ido evolucionando durante siglos hasta convertirse en toda una filosofía de vida, una filosofía que, transformada en una actitud vital, puede ayudarnos a encontrar la serenidad, la inspiración y la libertad en nuestro día a día. Nos propone que nada en la vida dura eternamente, que todo es incompleto y que en aceptación de la imperfección, junto con lo incompleto y lo impermanente, está la clave para avanzar y para aceptar la vida tal como se nos presenta.

Razón, emoción y motivación. No hagas que tu vida sea todavía más imperfecta. No abandones una vida imperfecta, pero estimulante, por una vida aparentemente perfecta pero aburrida. Sin retos no vivimos, tan solo sobrevivimos.

La palabra Yügen, según la cultura japonesa, se refiere a un conocimiento del universo que evoca sentimientos que son inexplicablemente profundos y demasiado misteriosos para ser expresados con palabras. Sabrás que la estás viviendo porque de repente ocurre algo especial, sentimos el silencia, a pesar de que estemos rodeados de personas, coches o ruido, y nuestra mente se da cuenta de que estás sintiendo una experiencia demasiado intensa y especial para ser ignorada.esta experiencia yügen nos sirve como toma de consciencia de que somos una minúscula parte de este enorme universo y nos sentimos pequeños y grandes a la vez, conectados con algo maravilloso y enorme que nos provoca una mezcla de emociones intensas y especiales, difícil de describir pero que oscila entre la serenidad, la excitación y la contemplación de tanta belleza salvaje e inmensa.

La vida es bella aun con errores. En la vida tenemos que soportar, convivir o gestionar algunos errores. El infortunio, la mala suerte y la adversidad caminan de nuestro lado. Cuando somos pequeños intentan protegernos de los errores de la vida, lo cual es un error en sí mismo, ya que es una estrategia que no nos permite entrenarnos y ponernos en forma en la gestión de la adversidad y de los problemas que nos iremos encontrando a lo largo de nuestra vida.

Hay quien recomienda los años sabáticos; yo, además recomiendo los años inquisitivos. La principal diferencia entre ellos es que el año inquisitivo, lejos de ser un momento vacaciones, descanso y desconexión, tiene un propósito claro: descubrir nuevas opciones para vivir de una manera mas rica, mas acorde a nuestro contexto y a nuestros intereses. Así que, antes de dejarte llevar por el estrés y la desmotivación y plantearte si necesitas un año sabático, analiza si lo que realmente te hace falta es un año inquisitivo.

Shoganai, el pasado, pasado está. No le sigas dando protagonismo en tu vida. Hiciste lo que pudiste en cada momento con las circunstancias, conocimientos y alternativas que poseías. Aprende de lo vivido, pasa página y compártelo.

No confundas poder con querer. Estoy seguro podrías ser un buen médico, u buen profesor, un buen bombero, pero la pregunta no es si puedes serlo, sino si quieres. Ahora tengo otro nivel de consciencia, he madurado y crecido. No es fácil girar la cabeza y ver que has tenido una vida imperfecta. Pero he aprendido muchas cosas, y una de ellas es que cada uno ha de tener sus propios proyectos. Estos proyectos pueden ser temporales, todo son etapas, lo que hoy te gusta mañana deja de hacerlo. Esto no supone un fracaso, ni mucho menos, y has de interpretarlo de esta manera. Lo que supone, en realidad, es un cambio de contexto que requiere que  actualices tus prioridades y objetivos.

Cuando coges una piedra del camino, esta ya no es la misma que tú has cogido. El viento la ha secado, el sol la ha calentado. Nunca mas vas a sentir la misma sensación que sentiste al recogerla. Es por eso que es tan importante que disfrutemos del momento presente sin anclarnos en el pasado y sin anticipar el futuro. Esta piedra tiene toda una vida por delante, pero no podemos predecir su futuro. Anticipamos cosas que nunca pasarán, nos preparamos para hacer frente a problemas que nunca sufriremos, vivimos en el futuro ignorando la belleza del presente, del aquí y del ahora, y esta actitud nos genera una tensión que acaba enfermándonos.

Aware es un concepto japonés que hace referencia a la melancólica felicidad de un momento breve y efímero de belleza trascendente. Tenemos muchos momentos aware en nuestra vida que debemos disfrutar intensamente. Es algo así como una llamada de atención para que nos centremos en el presente y para que dejemos de perder el tiempo distraídos con ensoñaciones de futuro o con recuerdos del pasado.

¿Sabes que diferencia una vida intensa de otra que no lo es?la calidad, no la cantidad. La cantidad está reservada para aquellas personas incapaces de maravillarse con lo sencillo y con lo bello. Aquel que no es feliz con lo que tiene tampoco lo podrá ser con lo que le falta.

Gaman es una bella palabra japonesa que se utiliza para describir la determinación necesaria para afrontar los obstáculos en la vida, para persistir frente  a desafíos que parecen insuperables. Cada primavera las familias japonesas ondean banderas en forma de carpa, un pez que nada contracorriente y que simboliza para ellos el espíritu gaman: la determinación para afrontar los obstáculos en la vida, para persistir en el intento con paciencia, aun frente a aquellos desafíos que parecen insuperables.

Busqué y busqué, pero no encontré el equilibrio hasta que no abandoné los pedestales y empecé a pensar en trípodes. En trípodes que se sostienen sobre la razón, la emoción y la motivación; tres grandes mecanismos de adaptación psicológicos que me ayudaron a trascender, a crecer, a entender y a vivir en paz.

Empecé a vivir sin pretensiones, sin necesidad de ser el centro de atención, sin querer ser importante; desde la modestia pero con presencia. Mi autenticidad, tu autenticidad, se aprecia mediante el contacto y el trato. Era libre. No necesitaba mostrar ni confirmar mi estatus. Le quité importancia a mis credenciales, a mostrar de dónde venía. Me libré de la carga de una pasado que dejó de condicionarme para tan solo ser algo que durante un tiempo me influyó. Acepté que mis cualidades no dependían de mi pasado, ni de mi historia, ni de mi clase social, ni de mis orígenes, ni siquiera de mi futuro. Tan solo de mi presente. Decidí presentarme tal como era: sencillo, simple, sin artificio, sin sofisticaciones que ocultaran mi verdadera esencia.

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