LOS RETOS DE LA EDUCACIÓN EN LA MODERNIDAD LÍQUIDA
Zygmunt Bauman
El síndrome de la impaciencia:
Una joven inglesa declaraba: ¨No me gustaría al hacer un repaso de mi vida, ver que encontré un empleo y permanecí en él para siempre sólo porque era seguro”. Hoy en día no se valora el compromiso laboral por parte de los trabajadores.
El tiempo es un valor, algo que debemos atesorar y cuidar. Sin embargo el síndrome de la paciencia transmite el mensaje inverso: el tiempo es un fastidio y una faena, una contrariedad, un desaire a la libertad humana, una amenaza a los derechos humanos y no hay ninguna necesidad ni obligación de sufrir tales molestias de buen grado. El tiempo es un ladrón.
La educación no es un producto es un proceso.
El conocimiento
En el mundo de la modernidad liquida la solidez de las cosas, como ocurre con la solidez de los vínculos humanos, se interpreta como una amenaza. Cualquier compromiso a largo plazo o juramento de lealtad auguran un futuro cargado de obligaciones que restringiría la libertad de movimiento y reduciría la capacidad de aprovechar las nuevas y todavía desconocidas oportunidades en el momento en que se presenten.
Italo Calvino “la opulencia puede medirse no tanto por las cosas que se fabrican, se venden y se compran cada día, sino ,antes bien, por las cosas que se tiran diariamente para dejar lugar a las nuevas.
Antes los padres solían de cie a sus hijos : “Nadie podrá nunca quitarte lo que has aprendido”, hoy en día la juventud contemporánea esa promesa alentadora la consideraran como una perspectiva aterradora.
El cambio contemporáneo
Nigel Thrift “los que llevan la voz cantante , fijan las pautas de conducta los de menor éxito o de los miembros que aun aspiran a emularlos “
Se usan términos que transmiten un mensaje de volatilidad, de fluidez, de flexibilidad y de corta vida.
La memoria
El aprendizaje y la educación fueron creados a la medida de un mundo que era duradero, esperaba continuar siendo duradero y apuntaba a hacerse aún más duradero de lo que había sido hasta entonces. En nuestro volátil mundo de cambio instantáneo y errático , las costumbres establecidas, los marcos combativos sólidos y las preferencias por los valores estables, objetivos últimos de la educación ortodoxa, se convierten en desventaja.
En este mundo la receta para el éxito es ser uno mismo , no ser como todos los demás. Lo que m mejor se vende es la diferencia y no la semejanza.
Los hombres y mujeres de la modernidad líquida ambicionan a asesores que les enseñen como marchar, como buscar e su interior y les ayuden a excavar en la profundidad de su carácter y su personalidad , donde se presume que están los yacimientos de precioso y sólido metal pidiendo a voces que se le descubra..
El culto a la educación permanente se concentra en parte en la necesidad de actualizarse y en parte en seguir descubriéndose a uno mismo
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